Cuando pensamos en bucear con tiburones, se nos vienen a la cabeza los grandes escualos, como el tigre o el toro en el Caribe y Bahamas, el tiburón zorro en Filipinas, el gran blanco en Sudáfrica o el tiburón ballena en las aguas tropicales.
Pero no hay que irse tan lejos para admirar la majestuosidad de estos peces cartilaginosos, en las costas de España hay más tiburones de los que piensas y en muchos lugares es posible bucear con ellos.
Los tiburones son de los animales que más tiempo llevan en la Tierra, convivieron con los dinosaurios. Hasta el momento, conocemos más de 460 especies de tiburón. De ellas, más de 50 especies de tiburón habitan o transitan nuestras cosas.
Habrá quien se asuste al pensar que hay tantos tiburones a nuestro alrededor. Si eres buceador o buceadora, ya sabrás que no hay nada que temer ;). Queremos desmentir el mito de que los tiburones son peligrosos. ¡Porque no lo son, ni atacan al ser humano! Películas, como “Tiburón” de Steven Spielberg en 1975 y otras tantas, falsas leyendas, un aspecto agresivo, y un desconocimiento profundo del mar, han inculcado una visión terrorífica de estas lindas criaturitas.
Nosotros, los humanos, no somos comida para los tiburones, no formamos parte de su dieta. Y además, somos criaturas grandes, que ante un posible enfrentamiento podrían dañarse. ¿Para qué arriesgarse entonces? Si a esto le añadimos la botella, chaleco, aletas… y el estruendo que provocan las burbujas, somos como un tanque submarino. Pero esto no significa que debamos perderles el respeto. Recuerda, no te acerques mucho ni hagas espavientos. Por supuesto no los toques y siempre sigue las recomendaciones de tu guía.
Pero debido a esta visión de que los tiburones son asesinos, sumado a la sobrepesca, la contaminación, cambio climático, etc. Nos está acercando a su exterminio del planeta. En los últimos 50 años, hemos acabado con el 70% de los tiburones en el mundo.
Como decimos, en toda la costa de nuestro país hay unas 50 especies de tiburones. Muchas de ellas habitan nuestras costas, como el cazón, la tintorera o el angelote, o viajan a través de nuestras costas en sus migraciones, como el zorro, el peregrino o incluso el tiburón blanco.
Nuestras costas se dividen en dos mares y un océano:
Este océano baña las costas de Canarias (provincias de Tenerife y Las Palmas), Andalucía (Huelva y Cádiz) y Galicia (Pontevedra y La Coruña). Y, por supuesto, en todas se bucea.
Vamos a dividirlo en dos zonas: el atlántico peninsular, y el canario.
En Galicia la temperatura del agua no varía mucho entre verano y invierno, entre 10 y 15 grados de media durante todo el año. En Huelva y Cádiz puede llegar a los 18º en verano.
La mejor época para bucear es verano, cuando se alcanzan las temperaturas más altas, sin ser muy calurosas. Y también el clima exterior hace que sea más agradable.
En Canarias la temperatura del agua fluctúa entre los 16 grados en invierno a los 23 en verano. Aunque el verano atrae más buceadores, la mejor época del año para bucear en Canarias es entre septiembre y diciembre.
El mar Cantábrico, al norte de la Península Ibérica comprende las costas de Galicia (La Coruña y Lugo), Asturias, Cantabria, País Vasco (Vizcaya y Guipúzcoa) Aragón (Huesca) y Cataluña (Lleida y Gerona).
Son las aguas más frías de España, entre 10 y 21 grados de temperatura. Como vemos, oscilan mucho durante el año, siendo el verano, la época más cálida, el mejor momento para bucear en el Cantábrico, entre mayo y septiembre.
El más extenso en nuestras costas, baña Andalucía (Cádiz, Málaga, Granada, Almería), Murcia, Valencia (Alicante Valencia, Castellón), Cataluña (Tarragona, Barcelona y Girona, Costa Brava) y las Islas Baleares.
Le temperatura del agua también varía bastante a lo largo del año, pasando de los 10 grados en invierno hasta los 25 en verano. Aunque es posible bucear durante todo el año, la mejor época para bucear en el Mediterráneo es en verano, desde mayo hasta septiembre.
Aunque más de 50 especies de escualos habitan y/o transitan en nuestras costas, muchas de ellas habitan aguas demasiado profundas para el submarinismo o pasan en migraciones lejos de la costa, por lo que sus avistamientos se reducen a algunos encuentros extremadamente afortunados (y normalmente el día que no se lleva la cámara J) .
Nosotros vamos a hablar de las 5 especies con las que hay posibilidades reales de bucear:
Es el escualo con el que tenemos más posibilidades de encontrarnos haciendo submarinismo, de hecho en Canarias, se avistan prácticamente a diario y más de un ejemplar en la época adecuada.
Este es un tiburón muy peculiar por su morfología. De hecho, hay quien dice que no parece un tiburón, pero efectivamente lo es. Un cuerpo aplanado con unas aletas pectorales grandes hace que parezca algo a mitad de camino entre tiburón y raya. Esto le ayuda a cubrirse completamente de arena para descansar o acechar a sus presas. Su color marrón con manchas es el camuflaje perfecto sobre la arena del mismo color en las que habita.
Se puede ver en toda Canarias, pero Lanzarote y La Graciosa son las islas donde más se ven. También hay posibilidades de encontrarlos en Fuerteventura, Las Palmas, Tenerife, El Hierro, La Palma y La Gomera.
La época ideal del año para ver el tiburón angelote o ángel es invierno, cuando el agua está más fría, entre los meses de noviembre a abril. En verano, cuando el agua se calienta, se desplazan más profundo. Aun así, también se dejan ver de vez en cuando.
Recibe su nombre del azul intenso de su torso, con un cuerpo alargado y estilizado, es uno de los tiburones más elegantes. Se mueve entre los 60 y 300 metros de profundidad, pero también se acerca a la superficie en sus migraciones, donde se producen los encuentros con los submarinistas.
Habita y recorre todo el océano Atlántico, migrando distancias de hasta 5000km. Prefiere las aguas frías.
Tanto en el Cantábrico como en el Estrecho de Gibraltar se organizan tours de snorkel para ver tiburones azul o tintorera. La mejor época del año para verlos es verano y otoño, entre los meses de junio y octubre.
Es una excursión de snorkel, lo más parecido al buceo. No se puede bucear, pero siempre cabe la posibilidad de encontrarlos buceando en aguas del Cantábrico y el Mediterráneo.
Con el morro afilado como la tintorera, pero con más envergadura, el marrajo es el animal más rápido del océano, llegando a alcanzar más de 120 km/hora. A pesar de estar en peligro extremo de extinción debido principalmente a la pesca, tanto comercial como deportiva, se está recuperando su población. Así, es posible encontrarlo en nuestras costas.
Al igual que con la tintorera, se organizan excursiones de snokel para verlos en el Estrecho de Gibraltar y el Cantábrico. De hecho, son los mismos tours en los que se puede hacer snorkel con ambas especies. LA mejor época para verlos es entre junio y octubre.
A pesar de su nombre en latín “ferox”, y su aspecto con los dientes hacia fuera, el tiburón solrayo destaca por su temperamento tranquilo y dócil. Llegan a medir más de 3 metros y medio de longitud.
Apenas se conoce mucho sobre estos escualos, ya que suelen habitar aguas por debajo de los 100 metros de profundidad. Aun así, suelen dejarse ver en aguas someras en la isla de El Hierro, al final de su etapa de gestación. Se cree que suben desde las profundidades para dar a luz.
Por tanto se ven a las hembras. La época del año para verlos son los meses de verano, entre junio y septiembre.
El tiburón martillo es uno de los más icónicos del mundo. Su cabeza en forma de T lo hace el más reconocible del océano y uno de los más bonitos.
En nuestras costas pueden verse martillos, pero no el martillo gigante (Sphyrna mokarran) de las aguas tropicales. En España tenemos a su primo menor, la cornuda. Tiene el mismo aspecto, solo que más pequeño. Llegan a medir 1 metro y medio de largo, los más grandes.
Estos tiburones habitan aguas poco profundas, entre los 0 y los 20 metros de profundidad, en todas las costas españolas.
Son muy tímidos y esquivos, por lo que se registran más avistamientos haciendo apnea o pesca submarina, ya que no se exhalan burbujas que los asustan. Aun así, hay muchos avistamientos de tiburón martillo o cornuda por parte de buceadores, tanto en Canarias, como en el Mediterráneo y Costa Brava y el Cantábrico. Pueden verse durante todo el año.
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